«Martes. Siete y 30 de la mañana y el despertador ya no suena. Ya no hay que aprontar la mochila de mamá para ir a dar clase ni la de Orión para el jardín. Es la nueva normalidad.

Mi nombre es Romina Parodi soy docente de inglés, emprendedora, mamá y hoy quiero hacerles llegar mi relato de vida durante estos tres meses de cuarentena. Y es que esta nueva situación mundial nos ha hecho más reflexivos y nos ha puesto a revisar aquellos contratos que habíamos hecho como trabajadoras, como madres y como mujeres. En lo personal, el gran desafío fue volver a conciliar de manera armónica la vida profesional con la vida personal.

Un viejo orden establecía que trabajaría como docente y en el emprendimiento educativo que formamos junto a otros Alumni de Enseña Uruguay, todas las mañanas, mientras Orión iba al jardín y el papá trabajaba fuera de casa. Pero tan sólo a 15 días de comenzar las clases, nos encontramos nuevamente “de vacaciones” en el nido del hogar. Al comienzo fue disfrutable, fue como un feriado en la mitad de la semana. Pero a medida que iba retomando el trabajo como docente en la virtualidad, comenzó el estrés y la ansiedad. Estuve muchas horas re-planificando, enviando Whatsapp personalizados a mis estudiantes, llamando para ver cómo estaban, coordinando con la adscrita. Y todo con un niño de dos años dando vueltas alrededor de la mesa, subiéndose y bajando a mi regazo, demandando jugar, comida, agua. Tuve que revisar mi primer contrato: no soy superpoderosa, no puedo ni quiero poder con todo. Pedí ayuda a mi mejor aliada: mi madre. Con ella pude organizar horarios establecidos para poder trabajar en la computadora de manera tranquila y dedicada, con la calidad que se necesita.

En el plano profesional, surgía otra incertidumbre: ¿qué pasaría con el emprendimiento si todos los centros educativos con los que trabajamos están cerrados? Fueron unas noches de no dormir, pensado sobre un futuro incierto, dándole vueltas al asunto y re-definiendo lo que somos. ¿Hacia dónde íbamos? Y ahí fue cuando revisé mi segundo contrato: no estoy sola, tengo un equipo y una red que me respalda. Además una pareja que me apoya y me acompaña. Luego de reuniones de directorios y de equipo, hoy en día, estamos en el proceso creativo de producir un webinar junto a la red de Desarrollo Profesional Docente de la comunidad de TFALL. Un resultado hermoso.

Por último, pero no menos importante: una posible vuelta a la normalidad anunciada el pasado 15 de junio. Se acercaba una vuelta a clases, pero una vez más lo personal se mezcló con lo profesional. Un embarazo de seis meses favoreció a la revisión de otro contrato: transformar todo el curso de inglés presencial a un curso totalmente online y virtual. Otra vez  a re-planificar, a buscar recursos, a pedir estrategias a colegas expertos en este tema. Y fue así que el Zoom que comenzamos la semana pasada me volvió la motivación y la alegría de poder ver nuevamente a mis estudiantes, de ver sus ojos y sus sonrisas; de poder seguir luego de esta enorme coma pandémica.»

Romina Parodi

Alumni Generación 2016